jueves, 3 de marzo de 2016

Ser scout



Muchas veces en mi vida como scout, me he encontrado con  personas que no conocen mucho acerca del escultismo, y aunque la mayoría lo hace por fastidiar, hay quienes de verdad desean saber qué es exactamente lo que hacemos, es cuando viene la pregunta recurrente "¿qué haces en los scouts?". Y de repente esa simple pregunta complica la existencia a tal grado de no saber qué responder, y no es que no tenga nada que responder, es que son tantísimas cosas que no puedes definir una con la cual comenzar. No sabes si explicar qué te ofrece el escultismo, o qué aprendes en los scouts, o qué haces en los campamentos, o en las actividades, ni se diga cuando comienzas a explicar qué es manada, tropa, camisola, pañoleta... Todos deberíamos tener un manual de supervivencia para explicar qué son los scouts. Y aunque esta sencilla pero tortuosa pregunta nos pone en aprietos, me hace pensar exactamente, ¿qué es ser scout?

La perspectiva de ser scout es diferente para cada quien, porque todos vivimos el escultismo de manera diferente, pero si pudiera comenzar con algo sería, que el escultismo me ha dado las bases para mi crecimiento personal. Y admitámoslo, nadie sigue al pie de la letra la ley scout, pero lo que sí aprendemos bien son los valores que existen en cada artículo.

Porque para mi ser scout es retarme constantemente, superar mis miedos aún cuando no tengo opción. Me ha dado las oportunidades de decidir entre lo que quiero y debo hacer, a tomarme en serio el ensayo y error. Me ha enseñado a aprender con conciencia, a ser más objetiva, a tomar los riesgos como oportunidades de crecimiento, a vivir la vida de manera sencilla y encontrar en esa misma sencillez la felicidad, porque no cualquiera puede experimentar la tranquilidad que te transmite un cielo estrellado o el calor de una fogata cuando alrededor el clima te está congelando, y sobre todo disfrutarlo, y esperar por eso, y guardarlo en la memoria junto con todas esas anécdotas que has pasado con las personas que más quieres. Y con las que no también, porque ser scout también me ha enseñado a ser tolerante con quien no comparto la misma manera de ver la vida, pero saber cuándo debo alzar la voz ante las cosas que no me parecen.

Aprendí a convivir con lodo, mosquitos, piedras debajo del sleeping, comida con ceniza de fogata, golpes, moretones, raspones, heridas pequeñas y otras muy graves, lluvia, frío, calor extremo, largas caminatas, subidas pronunciadas, decepciones amorosas en campamentos nacionales, cancelar fiestas y reuniones y aprendí, sobre todo, a convivir conmigo misma, a aprender de mi misma ante todas estas cosas, a sacar lo mejor de mi, a llevar mi cuerpo a los extremos y retarme constantemente para superarme en mente, cuerpo y espíritu.
Porque todo valió la pena, no hay un sólo momento que me haga arrepentirme de lo que soy gracias al escultismo, y aunque aún hay mucho trabajo por hacer, para seguir cambiando cosas y dejar el mundo en mejores condiciones de como lo encontramos, estoy satisfecha por todo lo que he logrado, porque si bien no puedo salvar al mundo, puedo hacer pequeñas cosas que lo mejoren.

Para mi ser scout es encontrar la gratitud en una sonrisa o en saber que hice el bien, aunque mi acción haya sido pequeña, porque no puedo imaginar por lo que esa persona a quien le cedí el asiento haya pasado en su día, pero probablemente le di unos instantes de tranquilidad. Porque existen muchas maneras de hacer el bien, siempre están esas oportunidades esperando para que las personas las utilicen, y creo que eso es ser scout, tomar la oportunidad de hacer el bien, aunque sea mínimo, para comenzar a aportar algo que sirva de ejemplo. 

Porque también el escultismo puede mostrarte cosas que no sabías que existían, porque te ha llevado a lugares que no imaginabas que estaban ahí, porque te ha hecho viajar, te ha hecho acampar en increíbles paisajes, te hizo enamorarte de quien no imaginabas, te brindó la oportunidad de comerte al mundo. Te ha dado momentos en los que te ha mostrado quienes son tus verdaderos amigos, hermanos. Te ha entregado la oportunidad de elegir quien quieres ser, cómo utilizar todo eso, te ha preparado para la vida también.

Ser scout es crecer con cada cosa que haces, cada lugar nuevo que pisas, todos esos paisajes que te motivan, son esos apretones de mano izquierda que se vuelven incondicionales, ser scout es un estilo de vida, de la manera en la que tú lo veas, de la manera en la que tú lo vivas, pero al final de cuentas es lo que te hace feliz, y eso debe importar.

No hay comentarios: