sábado, 31 de enero de 2015

10 razones por las que amo ser scout



Todos hemos encontrado en el escultismo grandes experiencias que nos hacen pensar que no sólo es un movimiento, sino un estilo de vida para cada uno. Así, las experiencias se convierten en razones para seguir dejando el mundo en mejores condiciones de como lo encontramos, pero sin darnos cuenta, el escultismo también nos deja en mejores condiciones de como nos encontró.

10 razones por las que no podemos dejar de amar el escultismo.

1. Conoces a personas que no sólo son tus mejores amigos, se convierten en hermanos de toda la vida.

Personas que te han visto llorar, reír, alzar el espíritu cuando tienes éxito, personas que te han ayudado con las cosas de acampar, personas a quienes les has contado tu vida y sin embargo, siguen ahí para apoyarte, porque sin importar qué, hay un lazo que los scouts han reafirmado entre ustedes, uno que no se puede romper, uno para siempre.

2. La aventura y el misticismo que envuelve a los scouts.

El Libro de la Selva, los caballeros de la Edad Media, las ceremonias, las fogatas, las velas, el vino pan y queso, los gritos y los nombres de las patrullas... Cosas tan especiales que te envuelven y te atrapan, te hacen pensar que la disciplina y la magia pueden convivir, ese toque especial que le agrega a la aventura toda esa ideología.

3. Siempre hay algo por hacer.

Al contrario de lo que las personas que no son scouts aseguran "¿ pero qué haces en los scouts, no te aburres de siempre hacer lo mismo?" siempre, siempre hay algo qué hacer. Siempre hay nuevos destinos por recorrer, montañas por subir, personas a quienes visitar, actividades por realizar, siempre hay algo sorprendente dentro de la pequeña rutina de los sábados, de los campamentos, siempre hay una historia por escribirse.
No, nunca nos cansamos de hacer lo mismo.

4. El don del servicio.

En algunas ocasiones (si no es que muchas) el brindar servicio a personas que lo necesitan, en la presentación que sea, nos brinda una satisfacción grande incluso aunque sea una tarea pequeña. Es tanto el énfasis en el servicio que se convierte en una virtud que desarrollamos y que, de buena gana, nos gusta hacer.

5. Te voltean a ver cuando vas caminando por la calle.

Aceptémoslo, a todos nos gusta eso.

6. Tus amigos y conocidos saben que eres scout. 

Los profesores, la vecina, las amigas de tu mamá, tus amigos, tu familia, todos saben que eres scout.

7. Los campamentos nacionales (y más los internacionales)

Obviamente nadie te regala un campamento, bueno fuera, pero toda la energía de tantos scouts concentrados en un mismo lugar por la misma razón, diferentes maneras de vivir el escultismo, hacen que la felicidad que experimentas se exprese hasta en la sonrisa. Tan sólo el efecto que tiene un campamento con tu sección es grande, no imaginemos cómo es ir a un Jamboree mundial.

8. Encuentras el amor

... Y hace que ames el escultismo por partida doble. Enamorarse de otro scout es una experiencia increíble que por lo menos, debería durar toda la vida.

9. El escultismo te regala habilidades y virtudes.

Así como con el servicio, el escultismo no sólo te brinda diversión entre otras cosas, sino la preparación a la autonomía y las habilidades que pueden servirte en tu vida diaria, constantemente estás aprendiendo.

10. Un estilo de vida sano.

Es tan amplio todo lo que se experimenta en los scouts y es tan saludable en muchas formas, que es imposible no querer seguir creciendo en el escultismo. Tus papás saben que estás en un ambiente que te beneficia, y quieres heredar ese mismo sentimiento a tus hijos, dejándoles un bonito legado (además de la herencia, claro).