jueves, 26 de septiembre de 2013

Scout facts.

1. Sufres de bullying por tus compañeros de escuela, no falta quien te pregunte... "¿Vendes galletitas?".
2. Según tú ahorrarás dinero con muchos años de anticipación para el próximo Jamboree mundial, y terminas por no reunir nada.
3. Siempre eres el que dice "Es que no puedo ese día, tengo scouts" de tus amigos.
4. Sabes que te volviste un scout experimentado cuando no coses la flor de Lis a todo el bolsillo de la camisola.
5. Te enamoras sólo de scouts.
6. Tu mamá quiere echarte toda la casa a la mochila de acampar cuando hay campamento.
7. Haces la mochila de acampar una hora antes de partir.
8. Si faltas a actividades scouts un fin de semana, te sientes incompleto. 

9. Tienes la sensación de haberte perdido de mucho cuando se van de campamento y te lo platican como si hubiera sido el mejor de todos.
10. La Manada te causa mucha ternura (a veces desesperación).
11. Te gusta la cara de sorpresa de tus compañeros en la escuela cuando te ven todas las heridas después de un campamento.
12. Has hecho tus planes de vida y entre ellos es seguir en el movimiento y casarte con un scout. 

13. Abandonas la tarea por irte de campamento.
14. Te desespera pasar esperando toda una semana para usar el uniforme.
15. Se te han perdido más nudos turcos que dientes de leche.
16. Tienes como dos o tres pañoletas de colección y te sientes realizado.
17. El escultismo es tu novio/a.
18. Te quedas sin voz después de cantar en la fogata.
19. Las botas te hacen ampollas.
20. Duermes en tu sleeping y estás calentito... Excepto los pies, los pies no los puedes devolver a la vida aunque les lleves flores.
21. Le tienes más amor a tu pañoleta de promesa que a ti mismo. (Relájense amiguitos, lo que importa es el compromiso con el que lleves esa promesa)
22. Más de una vez has invitado a amigos y familiares a los scouts.
23. Has perdido una borla/mota.
24. Tus papás no entienden nada de lo que les platicas acerca de los scouts, pero cuando se encuentran a sus amigos, les presumen que eres scout y que haces de todo.
25. Nunca, nunca has podido prender una fogata con un cerillo (¿O yo soy la única perdedora que no ha podido?).
26. Vas caminando por la calle y todos te miran como si tuvieras dos cabezas.
27. De "Boy scout" no te bajan.
28. Tu primer amor fue scout.
29. Tienes las piernas llenas de cicatrices de juegos de desfogue y campamentos.
30. En el primer día de clases siempre te presentas con un "soy scout".
31. Sueles ser el preferido de tus profesores por ser scout.
32. Siempre quieres que exista la oportunidad de servir y ayudar. Todos los días.
33. El regaño más típico de tu mamá es "Ah, pero para irte a los scouts sí eres bueno, ¿verdad?".
34. Más de un lobatito o lobeznita te ve como su hermano mayor. En el caso de los claneros.
35. Si no tienes una flor de Lis que brilla en la oscuridad no eres scout, mátate, así no se puede.
36. No te aprendes un nudo y ves tutoriales en Youtube.
37. La camisola es talla chica y te queda como paracaídas.
38. Lo que más te emociona de ganar parches e insignias es coserlas.
39. Siempre llevas contigo algo scout: una pulsera, una imagen en el celular, un llavero, etc.
40. Has pensado en tatuarte una flor de Lis.
41. Para ir a la escuela sí te pesa despertarte temprano, pero para ir de campamento, no. Pagas porque amanezca más rápido.
42. Las chicas scouts somos tranquilas, tiernas y bonitas. Hasta que toca jugar.
43. El amor scout a distancia es de rudos. 

44. Se te ha quemado una bota en más de una ocasión en las fogatas.
45. Es de ley salir con todos los scouts después de actividades.
46. Tus mejores amigos son scouts.
47. No te parece una rutina ir cada sábado a los scouts, siempre hay algo qué hacer.
48. Ni la lluvia ni el lodo te detienen para jugar.
49. Los scouters son tus segundos papás.
50. Los scouts son todo en tu vida.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Actividad scout

Espero toda la semana para un par de horas. No importa si está lloviendo, si hace frío o el calor en combinación con la camisola me cocinan viva. No importa si tengo que lidiar con personas a las que no les caigo bien, si mi ex está ahí, si tengo una fractura o si me queda muy lejos el local de actividades.
Dejo a un lado todas mis tareas y pendientes, cambio mis preocupaciones por una sonrisa y una pañoleta. No hace falta que me recuerden que es sábado y hay actividades scouts; trato de llegar siempre a tiempo para que no me castiguen por impuntualidad, pero de alguna forma mis papás se la ingenian para que lleguemos tarde.
Estoy aquí, con el uniforme recién seco porque horas antes lo lavé, con mis ganas de jugar y convivir con mis hermanos a los que he visto crecer. Con una flor de Lis cosida al pecho y al corazón, con muchos abrazos y bromas para la Manada y mis ganas de disfrutar y olvidar, todo lo malo que me sucedió en la semana.

Apretones de mano izquierda, pláticas, recuerdos, bromas... Me parece tan difícil llegar a ver cada sábado como rutina, siempre hay tantas cosas qué decirse y hacer. No me molestaría seguir llegando a casa llena de lodo incluso cuando me toque lavar camisolas amarillas algún día. Todo el cariño que le tengo a mis scouters, que me regalaron la oportunidad de hacer una promesa y me dieron herramientas para aprender y crecer, todos ellos, son mi segunda familia y, difícilmente, dejarán de serlo. Más que una pañoleta o un escudo, nos unen los lazos que cada sábado hemos forjado, en cada campamento, en cada dificultad.

El sábado scout es un regalo en donde se me olvidan mis problemas, en donde disfruto de cada momento y me fortalezco, aprendo y río, en donde mi buen humor me permite enfrentar la semana riendo y cantando, con o sin dificultades. En donde convivo con personas que, sin importar la edad, considero parte de mi familia y el "el fuerte protege al débil" obtiene todo el peso de sus palabras. Es un día en el que grito con honor, el pertenecer a un movimiento que no me ha dado sino satisfacciones y alegría, y si falto un sábado a mis actividades, me siento incompleta.

Así es como mis sábados me llenan y completan, como tan sólo un par de horas me producen tanta felicidad, como interactúan como anestesia a mis problemas y la dosis del escultismo me da energías para la semana que viene. Y así, el sábado por la noche, a punto de dormir, no puedo dejar de pensar en todo lo que hay por hacer, los proyectos que hay que entregar y manos izquierdas que aún debo estrechar, los campamentos en los que debo cantar y me doy cuenta, que estoy forjando mi vida de una manera tan maravillosa, que cuando deba contarle a alguien todo lo que viví, será una digna historia.