martes, 17 de diciembre de 2013

Artículo 8.


En lo personal, no es mi artículo de la Ley Scout favorito. Pero más que un sólo artículo, se ha vuelto un mantra en mi vida. Reír y cantar en mis dificultades me ha ayudado más de lo que pensé, y eso que, a simple vista, unas simples palabras no podrían ayudarme en momentos tan duros de la vida.

Te sientes triste, no hay motivos para sonreír, el mundo se está viniendo abajo, crees que no hay retorno a todos esos sentimientos, no encuentras salida. Pero siempre la hay, y si no decides sacarte a tí mismo del lodazal en el que te encuentras, difícilmente alguien lo hará por ti. ¿Qué mejor que riendo y cantando? Y no precisamente se trata de hacerlo, en el más literal de los sentidos.
Reír y cantar, para mí, es tratar de encontrar una esperanza en la serenidad de no darle tanta importancia al problema que se planta frente a nosotros, es recordar que aunque la subida es muy pesada, al final el paisaje será increíble y valdrá la pena, es guardar una fuerte esperanza de que todo saldrá bien, es ser optimista y no dejarse abatir por un problema que, seguramente, tiene solución.
Es sonreír y levantarse, porque hay que encontrar motivos para seguir cantando, es tener en cuenta que si algo así está sucediéndonos, es porque algo mil veces mejor vendrá y que las cosas no hubiesen pasado de otra manera: Tenía que pasarnos de esa manera para experimentar que lo mejor está por venir.
Es encontrar otras razones para sentirnos contentos y agradecidos con la vida: una casa, comida, amigos, papás. Es ser fuerte porque no hay otra opción y mirar todo siempre con objetividad, es seguir despertándose en la mañana para encontrar razones para ser feliz, y no para pensar en lo desdichados que somos, reír y cantar en nuestras dificultades es hacer menos difícil el proceso por el que estamos pasando, es obligarse a salir adelante porque no hay otra opción, es luchar sin descanso hasta encontrar la luz del sol de nuevo, y es tratar de levantarse uno mismo, de hacer cosas por nosotros para hacer algo por los demás, es sonreír, aunque no queramos, hasta aprender a enfrentarnos con el problema.

Los obstáculos nos hacen sabios, fuertes, maduros, son experiencias que cuestan, pero es precio justo para aprender.
En ocasiones, y si no es que en la mayoría de ellas, debes ser tu propio héroe.
Reír y cantar en las dificultades suena sencillo, pero para llevarlo a la práctica es más complicado. La buena noticia es que con el pasar de los años vamos ganando experiencia y sabiendo qué hacer en diferentes circunstancias.
Mírate, estás joven, todavía hay esperanzas para cualquiera que sea tu problema, sonríe, recuérdate que eres scout y demuestra la fortaleza que tienes, no te dejes abatir por ninguna tristeza, algún día serás el viejo lobo al que tus hijos recurrirán para pedir refugio.

El hecho de no darle tanta importancia al asunto no significa que el problema vaya a desaparecer, hay que enfrentarlo, dejándose llevar y calculando cada movimiento que nos llevará a librarnos del obstáculo, pero por lo pronto te dará claridad y tranquilidad, si ríes y cantas, si eres optimista, si no te dejas abatir, si luchas por ser feliz y mantienes una voluntad firme.

Haz lo que sea para salir airoso de tus dificultades, eres scout, puedes con eso y más.