viernes, 10 de mayo de 2013

Mamás scouts.


Todas viven el escultismo de manera directa, al ser scouters o participan activamente en el grupo scout de sus hijos, o existen mamás (como la mía) que lo experimentan de manera indirecta, pero por el simple hecho de que somos scouts, ellas lo son también.

Qué suerte y bendición tener una mamá scouter, que sabe del escultismo y le hereda a sus pequeños este gran movimiento, y por esto no quiero decir que las mamás que no lo son no sean igual de increíbles, al contrario... Todas son maravillosas en su manera.

Mamás que meten a nuestras mochilas de acampar comida, súeter u otras cosas que nos sirven de mucho en un campamento, mamás que se ponen difíciles al no querer dejarnos ir de excursión, mamás que preguntan "¿y quiénes van?", "¿quién es el responsable?", mamás que aunque mueran de preocupación nos permiten ir dándonos su bendición y trás un "cuídate mucho por favor" nos ven partir, mamás que al principio no entendían el escultismo pero ahora se sienten felices de vernos crecer en un medio tan positivo, mamás que de repente llegan a casa diciendo "¡mira lo que te compré!" y nos sorprenden con cosas para campamentos, mamás que participan en campamentos, que se hacen cargo de una sección, mamás que son mamás de todos nuestros hermanos scouts en una pijamada, mamás que nos amenazan con que si no limpiamos nuestro cuarto/habitación/pieza no vamos a una actividad scout, mamás que están presentes en nuestros pases a otra rama scout (y que incluso lloran), mamás que dan cada centavo para que podamos ir a campamentos nacionales o internacionales, mamás que en sus rostros se ven la desgana de dejarnos ir de campamento, pero al final acceden...

Nadie podría vivir sin su mamá, sin su comida y sus cariños. Aprovéchala, quiérela, dile lo mucho que la amas y no le des preocupaciones, haz que se sienta orgullosa y que todo sacrificio que ha hecho por tí, haya valido la pena. Nuestras mamás son scouts sin darse cuenta: dan todo sin esperar una recompensa, sirven sin medida y siempre siguen adelante. Por esas mamás guerreras, que nos dan hasta su vida, hay que respetarlas seamos las personas que ellas quieren ver en nosotros, no le tendremos por siempre, así que aprovechemos al máximo su amor. Obviamente las peleas no podrán evitarse, pero si hacemos lo más que podamos por verlas sonreír, habremos hecho nuestra buena acción del día, en su corazón.

Hoy le digo a mi mamá que la mejor herencia que pudo darme es su corazón, el color de sus ojos y su empatía por el mundo... Te amo Josefina. Gracias por dejarme ir al campamento este 10 de mayo, ¡ya sé que soy descarada! Y gracias por darme la vida, sin tí no puedo vivir.

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