miércoles, 31 de julio de 2013

¿Cómo es un Jamboree Mundial?

Nunca existirán palabras suficientes para describir lo que es estar en un Jamboree Mundial. Es la máxima experiencia como scout, además de la Promesa.

Si pensaste que los eventos nacionales eran lo más indescriptible: te equivocas.

Hoy hablaré, tras dos años después, de la experiencia que marcó mi vida para siempre, de la etapa más feliz de mi vida, y de cómo, sin saber otros idiomas, pude entablar amistad con hermanos de otros países.

Todo comenzó porque mi mamá, me preguntó si quería ir al evento. Yo nunca había pensado, puesto que además de caro, era un sueño inalcanzable, no sólo para mi, para muchos. Acepté y comenzamos a sacrificar muchas cosas para poder pagar, mes tras mes, los $6,000.00 dólares que cubrían en total el evento.

La ASMAC (para los scouts que me leen de otros países: Asociación de Scouts de México, Asociación Civil) junto con la empresa  turística, agencia de viajes "Oasis" se aliaron formando paquetes de viaje previos al Jamboree, es decir, te ofrecían paquetes en donde te daban tours y hospedajes antes del Jamboree.

Así un 11 de julio del 2011 a las 9:45 p.m. viajé a Londres, tras 11 horas de vuelo. Para omitir ciertos detalles, visité ocho países incluyendo Suecia, en donde fue el evento.

Llegamos una tarde del 27 de julio, día hermoso, soleado. Los autobuses nos llevaron hasta Kristianstad, un pueblo cerca de Rinkaby, en Suecia, en donde el área de acampado no se limitaba, era entre los bosques típicos de Suecia. El clima era de verano, unos 28°, así que no sufrimos por asuntos climatológicos. En cuanto bajamos del autobús, manos de hermanos scouts nos alcanzaban para darnos palmadas en los hombros, para abrazarnos y para prepararse y recibir las mochilas de acampado, en donde llevábamos nuestras cosas.

Ese mismo día, en la tarde-noche, nos reunimos en la Arena central del Jamboree, en donde sería la ceremonia de inauguración. Cuando México ondeó los colores de la bandera en lo alto, y por las bocinas del escenario escuchamos un muy mal pronunciado "México", se escucharon las voces de un poco más de 500 mexicanos saltando, y por lo que vi, ojos llenos de lágrimas tras la emoción de representar a México. Aunque fuimos una delegación pequeña en comparación a Reino Unido, y Suecia, el país anfitrión, hicimos notar la presencia de la energía azteca.

Los días se formaron así: de 10 a.m a 3 p.m, había actividades en diversas partes del área del Jamboree, cada día nos tocó una actividad diferente por hacer, después de las 3 p.m. eras libre para deambular por todo el campo. Dentro del Jamboree existía banco, en donde se te proporcionaba una tarjeta donde podías pagar en diferentes establecimientos, una farmacia, la tienda oficial del Jamboree, pequeños kioskos donde comprabas alguna golosina; papas fritas, helado, Coke®, etc., un pequeño módulo de enfermería, estación de radio. Incluso parecerá tonto pero, había personas (no scouts, o scouts que no pudieron asistir al evento) que se les daba un recorrido guiado como si fuera una atracción en la ciudad, algo así como un Disneyland, había restaurantes con comida típica de países, y en el centro del Jamboree estaban diversos stands de países que dejaban ver una muestra de la cultura del mismo.

Había dos días especiales dentro de esos 10 días maravillosos en Suecia: El Día Cultural y el Camp-in-Camp. El Día Cultural era una fiesta por lo grande, cada país salía con trajes típicos y en las carpas de los campamentos ofrecían comida o muestras de la cultura, era algo hermoso compartir con hermanos scouts tus raíces y otras cosas más,... Ese día hubo conciertos y diversas muestras de arte de diferentes países, en donde México por supuesto hizo una selectiva muestra de bailes folclóricos de las zonas del país, dejando en lo alto el país.

El Camp-in-camp era un campamento dentro del Jamboree. Seleccionaban a patrullas de diferentes países (cada patrulla tenía entre 4 o 10 muchachos o muchachas) y se les llevaba a una zona de Suecia aledaña al lugar del Jamboree. Era un campamento más austero, al aire libre en todos los términos y convivías más de cerca con contingentes de entre 10 a 15 muchachos, en total el campamento estaba lleno de unos 60 chicos de la misma edad, incluso había niños que disfrutaban de las pláticas de los Rovers. En la noche, los anfitriones suecos nos dieron una muestra improvisada de teatro sobre la explicación de la mitología nórdica, la guerra de Thor contra los gigantes de hielo y una leyenda sobre un pescado dorado.
Al final, por el atarceder rosado, hubo fogata donde todos compartimos canciones scouts. Éste campamento duró un día asi que, regresamos cuanto antes al Jamboree.


Hacia el último día, la clausura fue una sorpresa y una tristeza, un juego de emociones en una montaña rusa. Estuvo Europe interpretando "The Final Countdown", juegos pirotécnicos y la presencia del Rey de Suecia, quien amablemente nos prestó sus terrenos 10 gloriosos días.
Al día siguiente partimos, en medio de un día lluvioso, apropiado para las emociones que sentíamos, tristeza y nostalgia al dejar el lugar que nos vio felices, el sueño dorado de todo scout.
Pasamos los tres días restantes en Copenhague, Dinamarca, y volvimos a nuestro querido país.

De lo único que puedo envanecerme es de las experiencias gratas que me brindó una experiencia así, el tener la oportunidad escasa de conocer tantos países y guardar en el corazón una ferviente esperanza de pisar tierras asiáticas, hacia el Jamboree de Japón, 2015.